Obviamente, al quedarse sin stocks de materias primas o de productos terminados hay una posible afectación de los resultados económicos de la empresa, aunque no hayan resultado afectadas las instalaciones productivas de la misma, debe intervenir la cobertura de pérdidas consecuenciales.
El fallo habitual por parte de los ajustadores en este tipo de siniestros es que no descuentan los gastos fijos del stock quemado en la cobertura de pérdidas consecuenciales, ya abonados bajo la cobertura de daños materiales. Con lo que, si no se hace esto último, los gastos fijos del stock se indemnizarían dos veces pues también están cubiertos bajo la cobertura de pérdidas consecuenciales, a parte de la de daños materiales.
En la póliza de DM se indemnizan porque se han quemado las existencias y en la póliza de PC/PB porque no se han podido vender.
En VANTEVO entendemos, que se deben reclamar e indemnizar bajo la cobertura de daños materiales y luego deducir los gastos fijos abonados en la cobertura de las pérdidas consecuenciales. Si bien, muchos asegurados y ajustadores no están de acuerdo con este planteamiento y esto ocasiona muchas veces problemas para el cierre del siniestro.