Un “cisne negro” tal como lo definió en el año 2007 su inventor Nassim Taleb, afamado investigador libanés, es un suceso improbable, que ocurre por sorpresa y que tiene un gran impacto en la sociedad.

Como ejemplos de “cisnes negros” tenemos entre otros muchos el comienzo de la 1ª Guerra Mundial, la llegada al poder de Hitler en Alemania o más recientemente el atentado del 11 de septiembre del 2001 en las Torres Gemelas de Nueva York.

Todos los “cisnes negros” tienen que cumplir según el Sr. Taleb tres características:

  • Ser improbable
  • Tener un gran impacto en la Sociedad
  • Ser predictible a posteriori

Evidentemente, en las bases anteriores, un siniestro no es un “cisne negro” para las empresas. El que se produzca una pandemia, una explosión o incendio en una refinería de petróleos o en una plataforma petrolífera… no es un hecho improbable e impredecible. Han ocurrido en el pasado y seguirán ocurriendo en el futuro.

De ahí la importancia que tiene, y máxime en una situación de mercado duro como el actual, el invertir y mejorar en la prevención y seguridad de las empresas pues es la mejor manera de evitar o al menos reducir la probabilidad de que ocurran accidentes en las mismas. Está demostrado que en las industrias la mayoría de los siniestros ocurren por “factor humano”, es decir, por negligencia del personal propio o ajeno. Es pues fundamental que se mejore la formación de los trabajadores y que los responsables de las empresas se mentalicen de la importancia de que se cumplan las normas de seguridad implantadas en las mismas.

De nada vale que se organicen cursillos y seminarios y se implanten normas y reglas si después estas no se cumplen y a los infractores no se les penaliza por sus negligencias e imprudencias. No deja de ser curioso que los Comités de Empresa de las Industrias que deberían ser los más interesados en la seguridad de los trabajadores, protesten cuando las empresas pretenden penalizar a los infractores causantes de accidentes.

Para los que conocemos el funcionamiento de las empresas en países latinos y en los países anglosajones, no nos pasa desapercibido que estos últimos, son más rigurosos en la exigencia del cumplimiento de las normas de seguridad por parte del personal, lo que redunda en una siniestralidad más baja en esos países.